Rubén Lasagno
Finalmente alguien se dio cuenta que “lo gratis” lo pagamos caro
El Ministerio de Salud de Santa Cruz comunicó hace unos días la decisión del gobierno provincial de terminar con la gratuidad de la salud para los extranjeros.
2 de Agosto de 2024
El Ministerio de Salud de Santa Cruz comunicó hace unos días la decisión del gobierno provincial de terminar con la gratuidad de la salud para los extranjeros, una medida largamente postergada por razones “ideológicas” y/o políticas, tiempo en que se fundó la falacia de la gratuidad como si el Estado benefactor debiera ponerse al hombro, no solo la salud pública de los argentinos, algo que es valorable y necesario, sino, la salud y la educación gratuita a los extranjeros, cuestión que, además, no tiene reciprocidad por parte de los países colindantes con la Argentina.
Un antiguo informe de OPI de hace más o menos 15 años, daba cuenta de una modalidad utilizada por ciudadanos chilenos que viajaban a Río Gallegos con las mujeres a punto de dar a luz, debían ser internadas en los hospitales públicos de nuestra capital o de alguna otra localidad y luego de dar a luz, hacían un trámite ante el consulado chileno local y se iban de la ciudad con el niño cuya madre había viajado expresamente a tenerlo en la Argentina, debido a la gratuidad total de la internación, parto y primeros cuidados que recibía, tanto la madre como la criatura.
Sin embargo, también tenemos conocimiento y así lo informamos oportunamente, que gente conocida, tuvo la desgracia de ser víctimas de un accidente en la ruta 9 (Chile) y en Punta Arenas prácticamente los abandonaron por no tener el dinero suficiente para hacer frente a la internación y los gastos derivados de las curaciones y los medicamentos necesarios para su recuperación.
Por esta razón y ante varios problemas similares, los chilenos obligaron contratar un seguro internacional, sin embargo cualquiera que haya necesitado ser atendido en el sistema de salud de Chile y en Bolivia, sabe lo difícil que resulta hacer frente a los costos que imponen pagar en esos países la atención médica ambulatoria y mucho más si se trata de una internación, donde la falta de recursos prácticamente genera un abandono de persona.
La Argentina de la abundancia, ofrecía todo gratuito. La salud y la Educación, han sido los nichos de oportunidad que han tenido los ciudadanos de países vecinos, quienes llegaron y llegan a nuestra facultades solo para recibirse, especializarse y una vez conseguido su objetivo, han vuelto a su país o migrado hacia otras partes del mundo a ejercer su profesión, obtenida gratuitamente en nuestro sistema que hoy ya no tolera más y está atravesando una profunda crisis económica lo cual debe replantearnos si el país debe seguir ofreciendo oportunidades de manera gratuita a los extranjeros.
Ante una coyuntura extraordinaria como la que vivimos, pero que padecemos desde hace no menos de 8 o 10 años, donde ha crecido el empobrecimiento del país, la sociedad está cruzada por la pobreza, la Educación está claramente devaluada, con magros salarios y escasos docentes, los altos costos de los insumos han vaciado los hospitales y los bajos salarios de los médicos anulado el sistema operativo del sector público de la salud y carcomido la Educación primaria, secundaria y Universitaria, se hace necesario rever objetivamente la gratuidad y de que Argentina deje la filantropía de aquella épocas donde “el dar sin pedir nada a cambio” hacía de nuestro país “la meca” de hermanos latinoamericanos a quienes el país les ofrecía todo a cambio de nada y sin ningún tipo de reciprocidad.
Ese contexto nos trajo a esta realidad en la cual, las provincias y la nación, deben recalcular sus costos, sus gastos y profundizar sus ajustes económicos y financieros para concentrar los recursos cada vez más escasos, entre los argentinos que necesitan y deben pagar carísimo una atención médica o cualquier carrera universitaria.
Hoy el abrazo del preámbulo “,,,y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino” luce extraordinario, muy confraternizador y extremadamente solidario, pero como argentinos debemos pensar, por una vez, en recuperar nuestra calidad de vida y nuestros recursos vitales, porque no son épocas de regalar lo que no tenemos ni de dar gratis lo que nos resulta excesivamente caro de sostener y conseguir a cada argentinos, con el esfuerzo propio del pueblo.
Y aquellos que ven en esta práctica política de la reserva, el recupero y cuidado de los recursos públicos, una actitud discriminadora y xenofóbica, es porque no ha tenido la dura experiencia de haber sufrido en cualquier país de la región, un hecho grave, en el cual haya necesitado una aspirina gratis, o desatención por falta de dinero ante un accidente, una descompensación o una simple emergencia, desde una descompostura gastrointestinal o un problema odontológico, hasta cualquier atención ambulatoria en mayores o niños. (Agencia OPI Santa Cruz)